viernes, 26 de octubre de 2012

Bilbao Night Marathon 2012

Creo que esta carrera se va a convertir para mí en una cita obligada. Me gusta, sí, me gusta la distancia de 21 km.
Creo que es un buen espectáculo para Bilbao, disponer de una carrera a la noche, con la posibilidad de hacer un maratón, o 1/2 maratón, o una carrera pirata de 7.5 km. Particularmente, la de 21 km es un reto que no se encuentra fácilmente en otras carreras populares. Y por eso creo que año tras año, se van a a ir superando las cifras de participantes. Aparte del carácter internacional que también se está consiguiendo, debido en parte a un circuito rápido, homologado, y que hace posible que quienes vienen a correr el maratón logren buenas marcas.
Este año hemos participado 4700 personas, 1000 más que el año pasado. A nivel organizativo no se ha notado ninguna carencia; muchos voluntarios, y las cosas bien organizadas y señaladas, se nota que este año han mejorado diversos fallos de otros años, y eso es de agradecer.
Llegamos Itzi y yo a las 18:30 al Hotel Domine para recoger el dorsal. Allí nos encontramos con Iñaki, que iba a correr la pirata después de un palizón en coche desde el otro lado de la península. Después de charlar un rato con él, busqué mi número en las listas y fui a recoger mi dorsal.
Este año la salida fue escalonada, es decir, según el tiempo que acreditabas, te daban una pulsera de determinado color. Así, quienes acreditaban menos de 2:15 en maratón, y menos de 1:15 en 1/2 maratón, salían en el primer turno. Yo iba en la tercera parrilla (tiempos de 1:45 a 2:00 en 1/2 maratón), con salida 6 minutos más tarde. Tan solo comentar que el tiempo es el que uno dice que hace; no se basa, como en la Quebrantahuesos, en una lista con los tiempo de participaciones anteriores. Otro detalle que me sorprendió más es que nadie me pidió el DNI, yo di el nº que había visto y se me entregó la bolsa de corredor con todo lo que me correspondía, me fijé en que era mi nombre y nada más. Por lo demás, este año han cuidado los detalles. Por ejemplo, teníamos el panfleto que eché en falta el año pasado (con un plano de la carrera y los servicios disponibles, así como todas las instrucciones necesarias). Además, en la zona de recogida de dorsales todo iba muy fluido, gracias a todos los voluntarios. 
Después de cenar apenas nada, me vestí, y a eso de las 20:30 estaba calentando cerca del Guggenheim. Debajo del puente estaban habilitados unos vestuarios, de los que salía un reguero interminable de corredores. Poco a poco fue pasando el tiempo y me fui acercando a la salida. Justo entonces me toca el hombro Pablo, así que bueno, por lo menos no la iba a hacer solo esta vez, al menos parte del recorrido.
Tras charlar un rato, empezó a sonar la mítica The Final Countdown de Europe, y empezamos la cuenta atrás. Tremenda la salida, se veían a lo lejos surtidores de fuego, fuegos artificiales... y así tuvimos que esperar tres veces, hasta que nos tocó a nosotros salir.

Fue impresionante pasar por el pasillo de surtidores de fuego, y notar ese calorcito. Después de toda la tarde lloviendo sin descanso, esperábamos que el tiempo diera una tregua, pero no fue así. A los cinco minutos se puso a llover -ya daba igual- así seguiría hasta meta.
Al principio un poco lentos por la multitud, pero cuando llegamos a la Gran Vía, nos empezamos a estirar y ya se podía correr un poco más rápido. Dimos la vuelta a la altura de la Diputación y seguimos hacia el Guggenheim. En ese momento, al igual que ocurrió el año pasado, nos empezaron a pasar los primeros de la carrera pirata, pidiendo paso por la izquierda, alguno de malas maneras... Siempre igual, la gente no aprende... Aunque sé que es difícil, creo que sería bueno que la organización intentara resolver el problema, cambiando el recorrido o retrasando aún más la salida de la carrera pirata. Por aquí ya andaban Itzi y la familia animando.

Pablo iba a buen ritmo, y yo quería ir controlándome para que no me pasara lo del año pasado. De modo que,  aunque a veces se me adelantaba, le tenía siempre a la vista. Pasamos por La Merced, donde dimos la vuelta, y un poco más adelante le volví a coger. Seguíamos por el Ayuntamiento, y las sensaciones eran buenas, buen ritmo, y por ahora no me dolía nada. Debajo del Puente de la Salve estaban animando Itzi, sus padres, Bego y Oskar. La verdad es que se corre mejor cuando se ve a gente conocida animándote, les dejé el chubasquero; no me lo iba a poner y era un incordio.
A la altura de Deusto se me fue un poco Pablo, lo tenía a vista, y eso hizo que fuera un poco más acelerado, para no perderlo, pero cuando empezamos a subir la cuestita de San Ignacio dirección Elorrieta, lo dejé de ver.
En esa zona nos juntamos un grupito majo, el ritmo no estaba mal, así que me acoplé a ellos. Pasamos Elorrieta, y este año se seguía casi hasta el puente de Rontegi, donde pude ver de nuevo a Pablo antes de dar la vuelta. Me llevaba igual un minuto de ventaja, así que después de beber en Elorrieta, empecé a subir el ritmo. Notaba ya las piernas un poco cansadas, pero tiré para delante, así que estuve toda la recta tirando y cuando llegamos al puente Euskalduna, a unos 40 metros vi que estaba Pablo, pero yo aquí ya no podía tirar para cogerlo, así que bajé un poco el ritmo y tiré hasta La Salve, donde otra vez vi a toda la familia.
Desde aquí a meta, seguí igual, un poco más lento pero intentando recuperar, y cuando pasé por el ayuntamiento volví otra vez a tirar...solo que esta vez me dio un flato que me hizo echarme a reír...a esas alturas un flato, jajajaja.
Total, que me recuperé y tiré como pude hasta meta, notaba las piernas duras pero ya no quedaba nada, así que llegué tal y como había dicho, en 1h 50 min.
 

 Allí estaban todos, después de coger el avituallamiento, las bebidas etc.. hablamos un rato, me hice una foto con Bego para dar fe de que estuvo y, como seguía lloviendo, nos fuimos para casa.

Aunque con las piernas como rocas, me sentí muy bien al terminar. He de decir que este año he salido la mitad de días a entrenar...pero también, en alguna salida de éstas he hecho más kilómetros. Para otros años intentaré ir un poco más sobrado; me gustan los 21 kilómetros, pero no puedo acabar siempre tan justo.
















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